Adiós al malestar de las piernas gracias al árnica
Cuando pensamos en geranios, muy pocas personas pueden averiguar a que planta nos referimos. El geranio es nuestro clásico cardenal. El pelargonium o geranium es una planta proveniente de Europa del norte y se utiliza desde el siglo XVII en la elaboración de perfumes, cremas y sustancias aromáticas.
Existen más de 700 tipos de geranio, pero los que se utilizan más comunmente para la extracción de aceites esencias son el Geranium Maculatum (geranio manchado) y el Geranium Robertianum (geranio de san roberto). El aceite esencial de geranio es considerado como uno de los 9 aceites balsámicos preciosos. Su aceite esencial es rico en sustancias curativas, tales como el geraniol, citronela, sabinela y citranol, este último alcochol le confiere su llamativa nota ácida y dulzona.
Estudios recientes (universidad de manchester, 2009) han demostrado que el geraniol actúa como modular en la segregación de hormonas, especialmente en la estimulación de la tiroides, la hipófisis y la epífisis. Al igual que el jazmín, el geranio tiene acción sobre el balance de litio en la bioquímica cerebral y es usado ampliamente en el tratamiento complementario de las depresiones y como suplemento en las menopausia (por su afinidad con los fitoestrógenos)
De igual manera, se ha investigado el poderoso efecto cicatrizante del geraniol. Se ha comprobado efectivamente que la aplicación sostenida de aceite esencial de geranio, disminuye considerablemente las arrugas del rostro y las manos, demostrando ser un excelente agente antiedad.
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